El vínculo entre una familia y su mascota puede ser tan fuerte como el que se establece con cualquier ser querido. Por eso, cuando desaparece, el miedo, la incertidumbre y la desesperación se apoderan de todo. Eso es exactamente lo que vivió la exmodelo María José Suárez cuando recibió una llamada desde Sevilla, donde vive su madre, mientras ella estaba en Ibiza: habían secuestrado a su perro.
Un rescate que acabó siendo un chantaje
María José Suárez relata cómo su madre pagó 50 euros por recuperar a su perro
“No me lo podía creer. Me llamó mi madre y me dijo que habían secuestrado al Wiki. Así, literalmente”, contó Suárez en directo en el programa Y ahora Sonsoles. El perro, un compañero inseparable de la familia, había desaparecido sin dejar rastro. La madre de María José, angustiada por lo que pudiera pasarle al animal, no dudó en hacer lo que fuera necesario para recuperarlo.

Soraya, otra afectada, denunció en directo cómo intentaron cobrarle una recompensa falsa por su gato desaparecido, Azúcar
Un grupo de chicos, que aseguraban saber dónde estaba el perro, se ofreció a devolverlo a cambio de dinero. Pese a las advertencias de sus hijas, la madre de la exmodelo terminó cediendo. “Le pidieron 50 euros y ella, aun con nosotras diciéndole que no lo hiciera, se los dio”, recordó Suárez. Minutos después, los jóvenes aparecieron en una moto, con Wiki en brazos, y se lo entregaron. “Ellos mismos lo habían cogido. Era un secuestro en toda regla”, afirmó.
La historia no es un caso aislado. En los últimos años, han aumentado los fraudes y chantajes relacionados con mascotas perdidas. En esta misma emisión del programa, otra invitada, Soraya, relató cómo estafadores intentaron cobrarle una recompensa por su gato desaparecido, Azúcar. A través de falsas promesas y llamadas manipuladoras, los presuntos delincuentes intentaron jugar con su desesperación. “Yo hubiera pagado incluso 250 euros si me lo hubieran traído. Es parte de mi familia”, dijo entre lágrimas.
Suárez, por su parte, reconoce que el episodio marcó a su madre profundamente. “Ella solo quería recuperar al perro. Lo hizo por amor. Pero hay gente sin escrúpulos que se aprovecha de eso”, reflexionó.
Estas situaciones sacan a la luz una realidad incómoda: el vínculo emocional con los animales, lejos de ser algo trivial, se convierte en un blanco fácil para los más oportunistas. Y también para los más despiadados.