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Esta es la historia de Bialetti, la cafetera italiana que tras más de un siglo pasa a manos chinas

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El fondo chino Nuo Octagon adquiere la famosa marca Bialetti por 47 millones de euros y promete mantener la producción en Italia

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Alfonso Bialetti con su cafetera

Alfonso Bialetti con su cafetera

Bialetti

“En millones de hogares de todo el mundo hay una cafetera italiana, original o copiada. Pero un día llegaron las cápsulas de aluminio de una afamada firma suiza y cambió la manera de preparar el café en casa o en la oficina”, explica Enric Juliana en uno de sus recientes artículos.

La cafetera Moka de Bialetti, que ha sido testigo de millones de desayunos, sobremesas y conversaciones cotidianas, está a punto de cambiar de pasaporte. Nuo Octagon –un fondo de inversión con sede en Hong Kong y controlado por la familia china Pao-Cheng– cerró la compra del 59% de Bialetti por 47 millones de euros. Junto a ellos, el fondo luxemburgués Sculptor Ristretto Investment se quedó con otro 19% de la empresa. Una operación que, en total, busca rescatar a la famosa marca de una deuda que supera los 90 millones de euros y que pone fin a una etapa histórica del made in Italy.

Cafetera italiana Bialetti Moka Express

Cafetera italiana Bialetti Moka Express

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Todo comienza en Crusinallo, barrio de Omegna, donde Alfonso Bialetti fundó en 1919 un taller de manufactura. Pero fue en 1933 cuando diseñó y patentó la Percoladora Moka Express, inspirada en las máquinas industriales de vapor, pero adaptada al uso doméstico. Ligera, económica, elegante y, sobre todo, hecha de aluminio, un factor importante en una época en que Mussolini había nacionalizado el acero. Así inicia la historia de una marca que, según se dice, está en siete de cada diez hogares italianos.

En los años 50 y 60 Renato Bialetti, hijo del fundador, revolucionó la marca al dar rostro a su producto. Y ese rostro era el suyo: con ayuda del dibujante Paul Campani, creó al omino con i baffi (hombre con bigote). Este personaje catapultó la marca: la fábrica pasó de producir 70.000 a un millón de cafeteras al año. Desde entonces, más de 300 millones de unidades han sido vendidas, y la Moka ha sido reconocida por instituciones como el MOMA de Nueva York y el Design Museum de Londres.

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Sin embargo, el mercado cambia y también los hábitos. La revolución del café en cápsulas que ahora representa un 31% del mercado doméstico italiano obligó a Bialetti a adaptarse. Lanzó cápsulas compatibles, pero nunca llegó a fabricar máquinas y competir con las grandes marcas que dominan ese territorio, como Lavazza, IllyCafé o Caffè Borbone.

También probó suerte en el menaje de cocina y en colaboraciones con Netflix, con ediciones limitadas en series como Bridgerton o El Juego del Calamar.Aunque esas colaboraciones generaron visibilidad, la deuda siguió creciendo hasta alcanzar los 81,9 millones de euros en deuda financiera neta, según las cifras de Reuters.

Por ahora, se prevé que la producción siga en Italia y que el actual equipo directivo, encabezado por Egidio Cozzi, permanezca en sus puestos.

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